En esta entrada hablaré sobre el
segundo nivel del sistema TEACCH: la estructuración temporal, el horario y las
agendas.
La creación de un horario visual es fundamental
porque ayuda al alumnado con TEA a:
- Anticipar la actividad: permite saber qué actividades se van a desarrollar y en qué secuencia, pudiendo también informar de posibles cambios que pueda haber a lo largo de la mañana. Ésto, además, reducirá reacciones inadecuadas y rabietas.
- Comprender lo que se espera de ell@s.
- Adquirir autonomía durante las transiciones entre actividades.
- Otro aspecto a resaltar es que, ante actividades que gustan menos, la compresión de que al terminarla viene algo agradable (una recompensa), les motiva en el trabajo.
Por ello, en las aulas
en las que atendemos a alumnado con TEA dentro de nuestro centro, hay
establecidas rutinas muy diferenciadas y utilizamos el sistema de agendas como ayuda
visual para entender las tareas.
A continuación os
explico algunos criterios que hemos tenido en cuenta para la realización de las
agendas y horarios:
Teniendo en cuenta el
nivel de abstracción y, sabiendo que
podemos ir desde el objeto real (menos abstracto) hasta la palabra o frase
escrita (mayor nivel de abstracción), en nuestro caso hemos utilizado
pictogramas.
Aunque las agendas se pueden organizar
tanto en línea horizontal como vertical, nosotros hemos elegido la primera
opción y de este modo se realiza en todos los entornos en los que se
desenvuelve nuestro alumno. En un futuro, se podrá hacer una agenda portátil
que el alumno pueda llevar consigo a lugar al que vaya.
Por otro lado, hemos tenido visto qué longitud era la
adecuada y hemos realizado una agenda de clase, en la que se recoge el trabajo
diario de una mañana completa y otra compuesta por un máximo de cinco
pictogramas (se tachan aquellos que no son precisos con un aspa) para el
desarrollo de la sesión de trabajo en mesa.
Si nos centramos en la primera agenda (la de clase), nos
hemos basado en las actividades rutinarias y en la repetición para interiorizar
los pasos a realizar y poder anticipar las tareas.
La secuencia suele ser: rutina de entrada (quitarse
mochila y abrigo, colgarlo en la percha); asamblea, trabajo en mesa, desayuno,
recreo.... Cada
mañana, antes de la
asamblea, las
coloca en fila junto a su tutora y las va tachando con un aspa conforme las va
terminando, a la vez que dice "Hemos terminado....; ¿Qué toca
ahora?".
Al llegar al momento de "Trabajo en mesa", he
creado un horario individual que se organiza en la propia mesa del alumno y que
desglosa las actividades que hay que realizar en ese momento concreto. Al
finalizar la secuencia de actividades, siempre hay un refuerzo que mantiene
motivado a nuestro alumno durante la realización de las actividades. Dicho
refuerzo se va variando a lo largo del tiempo, para favorecer la flexibilidad.
Ya que el trabajo en
el aula de audición y lenguaje también comprende el trabajo de una sesión,
tengo mi propio horario individual en el que voy organizando las actividades
que vamos a desarrollar ese día y vamos señalando del mismo modo que en la
individual de su aula, a medida que vamos avanzando.
Por último, dentro de
la estructuración temporal, quiero mencionar un mural que le hice al comenzar
el curso con los días de la semana asociados a una forma geométrica y un color.
Lo tenemos en las aulas en las que trabaja y en casa y, antes de organizar la
agenda, busca el día de la semana en el que estamos, así puede saber cómo será
más o menos su rutina diaria (si hay colegio o estará en casa, si acaba de
comenzar la semana o está a punto de terminar...)
Hicimos este material
porque hay conceptos que son más abstractos y que sólo si se trabajan de un
modo rutinario asociándolos a un símbolo determinado y a medida que se vaya
repitiendo, ganarán un significado para el alumnado. Además, el ver estos símbolos
de forma lineal ayuda a entender e interiorizar la secuencia temporal.
Espero que os sea útil;)
Un saludo,
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